Ciudades hambrientas los devoran y los escupen
Expulsados a las márgenes
Condenados al destierro
Alaridos de derrota se pierden en las sombras
Atragantados de promesas estériles
Nada esperan de los otros
La espera inquieta corazones
Ellos prefieren un milagro sin saber cuál sea
Pero la ciudad será otra
Los deshauciados tienen hambre de justicia